Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Oh Dios mío eterno, porque eres infalible, todopoderoso, misericordioso y sumo bien, creo en Ti: aumenta mi fe; por los méritos de Jesucristo espero en Ti: fortalece mi esperanza; Te amo: enciende siempre más mi amor; porque sé quién eres me arrepiento de haber pecado y aumenta mi arrepentimiento. Dios mío, te adoro como mi principio; te deseo como mi fin último, te agradezco como mi bienhechor perpetuo, te invoco como mi único defensor. Dios mío, Padre amorosísimo, dígnate de guiarme con tu sabiduría, de frenarme con tu justicia, de consolarme con tu misericordia, de protegerme con tu omnipotencia. A ti consagro mis pensamientos y mis palabras, mis acciones y mis sufrimientos, a fin de que piense siempre en Ti, hable de Ti, realice lo que haces Tú y sufra por Ti. Señor, Dios de toda consolación, quiero aquello que quieres tú, porque Tú lo quieres, y te pido de iluminar mi intelecto, incentivar mi voluntad, purificar mi corazón y santificar mi alma. Amén. (cfr. OOCC XI, p. 42-43.)
Un amigo fiel es una protección segura;
el que lo encuentra ha encontrado un tesoro.
Un amigo fiel no tiene precio; su valor no se mide con dinero.
Un amigo fiel protege como un talismán;
el que honra a Dios lo encontrará.
El amigo es igual a uno mismo,
y sus acciones son iguales a su fama.
Eclesiástico 6, 14-17
“¡Dios mío! Con amor infinito te has dignado crearme a tu imagen y semejanza y me has concedido el don de una voluntad libre. Ayúdame a utilizar bien tus dones y a mejorarme a mí mismo; para llegar a ser viva imagen de Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de todos tus infinitos atributos y perfecciones”. San Vicente Pallotti.
Al correo:
misionerosdivinamisericordia@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te esperamos